viernes, 19 de octubre de 2018


Economía e ideología novohispana

Economía

La economía novohispana se emplea para referirse a la economía existente en el período de la historia de América Central y de América del Sur que se dio después de la conquista a mano de los españoles.
Después de la conquista, las colonias españolas se organizaron en virreinatos, siendo el primero el de Novo Hispania, que quiere decir “Nueva España”. El Virreinato de Nueva España se creó en 1535 e incluía el sur de los Estados Unidos, Florida, México, las islas del Caribe y las Filipinas.
En un principio, los españoles se contentaron con obtener riquezas a partir de la explotación de los suelos del territorio, la minería.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la economía en las colonias se transformó, dando paso a lo que es conocido como la economía novohispana.
Entre las actividades económicas que se desarrollaron en el período colonial, destacan la agricultura, la ganadería, la minería y el comercio.
Asimismo, se establecieron ciertas organizaciones y acuerdos que forman parte de la economía novohispana, tales como las encomiendas.

Características de la economía novohispana

La minería
Resultado de imagen para la mineríaUna de las principales fuentes de ingresos para la Corona Española era la explotación minera en el Virreinato de Nueva España. Desde la conquista, esta fue una de las actividades económicas más relevantes.
De hecho, fueron el oro y las joyas extraídas de los grandes imperios de Mesoamérica lo que incentivó a los españoles a llevar a cabo la colonización del territorio americano.


La agricultura
Resultado de imagen para la agriculturaLas actividades agrícolas eran la base de la economía en las colonias. No sólo permitía obtener alimentos para los habitantes de Nueva España, sino que también garantizaba la producción en el área de la ganadería, ya que los animales también eran alimentados con los productos obtenidos de la agricultura.
Estos cultivos no sólo fueron empleados para el consumo interno, sino que también se exportaban hacia Europa, donde tenían gran valor comercial.
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La producción en las colonias de Nueva España
Los cultivos más relevantes en las colonias eran el trigo y la caña de azúcar. El cultivo de trigo era de importancia económica porque constituía la base de la alimentación en España y en toda Europa
El maíz, el frijol, la calabaza, el chile y el tomate, productos que se cultivaban en los tiempos precolombinos, continuaron cultivándose para el consumo interno.

La ganadería
Resultado de imagen para ganaderíaEl ganado fue introducido en las colonias desde el siglo XVI. Las primeras especies en ser traídas desde Europa fueron los caballos. Poco tiempo después, se introdujo el ganado porcino, seguido del ganado ovino. Por último, se introdujeron las mulas y los burros, bestias de carga que contribuyeron en la labor en las minas.


El comercio
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Como ya se explicó anteriormente, los productos obtenidos en las colonias a partir de la minería, de la agricultura y de la ganadería se empleaban tanto para el consumo interno como para la exportación. En este sentido, se creó una red de comercio entre las ciudades que conformaban el Virreinato (red interna) y entre el Virreinato y la Corona Española (red externa).
Asimismo, la expansión de la producción agrícola y ganadera permitió las creaciones de mercados regionales y el desarrollo de ciudades comerciales, que tenían como objeto abastecer a la población vecina.

Resultado de imagen para encomiendaLa encomienda
La economía novohispana se basó principalmente en la explotación de la tierra y de la mano de obra. Así, se organizó el sistema de encomiendas.
El sistema de encomiendas fue abolido en 1717 pero, en Nueva España, continuó hasta 1820, cuando México declaró su independencia.



Ideología

La ideología que arropa a la época es la ilustrada, caracterizada por el racionalismo, la riqueza, la civilización, la convicción del conocimiento humano. Esta ideología debió su fuerza al progreso de la producción y al comercio y al racionalismo económico y científico, que se creía asociados a ellos de manera inevitable. El objetivo principal del pensamiento ilustrado era liberar al individuo de las cadenas que lo oprimían: el tradicionalismo ignorante de la Edad Media que todavía proyectaba sus sombras sobre el mundo, y la irracionalidad que dividía a los hombres en una jerarquía de clases altas y bajas según el nacimiento o algún otro criterio desatinado.

Esta literatura del Siglo de las Luces, que explica el auge de la edición europea ocurrido en esa centuria, circuló por todos partes. En Nueva España había llegado mediante el comercio monopólico español, y sus lectores, integrados principalmente por sectores altos y medios de la sociedad novohispana, demandaban cada vez más este tipo de libros que difundían el conocimiento moderno y una nueva concepción del mundo. A partir de 1750, los libros que versaban sobre distintos problemas del mundo social y material conviven por igual con aquellos relacionados con el mundo espiritual y devocional, en lo que a las importaciones de libros se refiere. Esta situación indica cambios muy importantes, pues expresa la existencia de una cierta secularización de la lectura en la sociedad novohispana.
A pesar de que la ideología de la Ilustración puede ser considerada revolucionaria, pues en teoría pugnaba hacer libres a todos los seres humanos, en la práctica muchos ilustrados fueron moderados políticamente al defender las monarquías absolutas que, a excepción de Inglaterra, dominaban en el mundo. De este pensamiento e ideología se originó una filosofía política radical cuyo representante más relevante fue Juan Jacobo Rousseau y en especial su libro El contrato social. Su crítica a la desigualdad social y su exaltación de la voluntad general, contra la cual no hay derecho particular, así como su tesis de la soberanía popular única e inajenable habrían de influir profundamente en el curso de la revolución francesa. Así, la política y la ideología liberal se formaron principalmente bajo la influencia de esa revolución y se propagaron por la francmasonería y otras asociaciones. De esta manera podemos afirmar que en la época el liberal era un creyente en el constitucionalismo, en un Estado secular con libertades civiles y garantías para la iniciativa privada, gobernado por contribuyentes y propietarios.
Tanto los impresos propagandísticos generados por la revolución francesa, los tratados filosóficos y otros textos que divulgaban ese pensamiento atravesaron las fronteras de España para circular en Nueva España. Al respecto, basta con citar un caso, El contrato social ó Principios del derecho político, de Rousseau (Londres, 1799) Su difusión por el territorio novohispano se constata debido a que llegó a las manos del tribunal de la Inquisición de México quien, después de someterla a examen y calificación, la prohibió en un edicto publicado el 17 de diciembre de 1803. Resulta interesante señalar que para los censores mexicanos lo más peligroso de esta obra era el trabajo del traductor pues, "anima a los fieles vasallos de su majestad a sublevarse y sacudir la suave dominación de nuestros reyes imputándole el odioso nombre de despotismo". Señalan también que el texto tenía expresiones impías, pues se llama a los fieles a romper las trabas y grillos del sacerdocio y de la Inquisición.

https://www.lifeder.com/economia-novohispana/
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-03482014000200001


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