Economía e ideología novohispana
Economía
La economía novohispana se emplea para referirse a la
economía existente en el período de la historia de América Central y de América
del Sur que se dio después de la conquista a mano de los españoles.
Después de la conquista, las colonias españolas se organizaron
en virreinatos, siendo el primero el de Novo Hispania, que quiere decir “Nueva
España”. El Virreinato de Nueva España se creó en 1535 e incluía el sur de los
Estados Unidos, Florida, México, las islas del Caribe y las Filipinas.
En un principio, los españoles se contentaron con obtener
riquezas a partir de la explotación de los suelos del territorio, la minería.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la economía en las
colonias se transformó, dando paso a lo que es conocido como la economía
novohispana.
Entre las actividades económicas que
se desarrollaron en el período colonial, destacan la agricultura,
la ganadería, la minería y el comercio.
Asimismo, se establecieron ciertas organizaciones
y acuerdos que forman parte de la economía novohispana, tales como las encomiendas.
Características de la economía novohispana
La minería
Una de las principales fuentes de ingresos para la Corona
Española era la explotación minera en el Virreinato de Nueva España. Desde la
conquista, esta fue una de las actividades económicas más relevantes.
De hecho, fueron el oro y las joyas extraídas de los grandes
imperios de Mesoamérica lo que incentivó a los españoles a llevar a cabo la
colonización del territorio americano.
La agricultura
Las actividades agrícolas eran la base de la economía en las
colonias. No sólo permitía obtener alimentos para los habitantes de Nueva
España, sino que también garantizaba la producción en el área de la ganadería,
ya que los animales también eran alimentados con los productos obtenidos de la
agricultura.
Estos cultivos no sólo fueron empleados para el consumo
interno, sino que también se exportaban hacia Europa, donde tenían gran valor
comercial.
La producción en
las colonias de Nueva España
Los cultivos más relevantes en las colonias eran el trigo y
la caña de azúcar. El cultivo de trigo era de importancia económica porque
constituía la base de la alimentación en España y en toda Europa
El maíz, el frijol, la calabaza, el chile y el tomate,
productos que se cultivaban en los tiempos precolombinos, continuaron
cultivándose para el consumo interno.
La ganadería
El ganado fue introducido en las colonias desde el siglo
XVI. Las primeras especies en ser traídas desde Europa fueron los caballos.
Poco tiempo después, se introdujo el ganado porcino, seguido del ganado ovino.
Por último, se introdujeron las mulas y los burros, bestias de carga que
contribuyeron en la labor en las minas.
El comercio
Como ya se explicó anteriormente, los productos obtenidos en
las colonias a partir de la minería, de la agricultura y de la ganadería se
empleaban tanto para el consumo interno como para la exportación. En este
sentido, se creó una red de comercio entre las ciudades que conformaban el
Virreinato (red interna) y entre el Virreinato y la Corona Española (red
externa).
Asimismo, la expansión de la producción agrícola y ganadera
permitió las creaciones de mercados regionales y el desarrollo de ciudades
comerciales, que tenían como objeto abastecer a la población vecina.
La economía novohispana se basó principalmente en la
explotación de la tierra y de la mano de obra. Así, se organizó el sistema de
encomiendas.
El sistema de encomiendas fue abolido en 1717 pero, en Nueva
España, continuó hasta 1820, cuando México declaró su independencia.
Ideología
La ideología que arropa a la época es la ilustrada,
caracterizada por el racionalismo, la riqueza, la civilización, la convicción
del conocimiento humano. Esta ideología debió su fuerza al progreso de la
producción y al comercio y al racionalismo económico y científico, que se creía
asociados a ellos de manera inevitable. El objetivo principal del pensamiento
ilustrado era liberar al individuo de las cadenas que lo oprimían: el
tradicionalismo ignorante de la Edad Media que todavía proyectaba sus sombras
sobre el mundo, y la irracionalidad que dividía a los hombres en una jerarquía
de clases altas y bajas según el nacimiento o algún otro criterio desatinado.
Esta literatura del Siglo de las Luces, que explica el auge
de la edición europea ocurrido en esa centuria, circuló por todos partes. En
Nueva España había llegado mediante el comercio monopólico español, y sus
lectores, integrados principalmente por sectores altos y medios de la sociedad
novohispana, demandaban cada vez más este tipo de libros que difundían el
conocimiento moderno y una nueva concepción del mundo. A partir de 1750, los
libros que versaban sobre distintos problemas del mundo social y material
conviven por igual con aquellos relacionados con el mundo espiritual y
devocional, en lo que a las importaciones de libros se refiere. Esta situación
indica cambios muy importantes, pues expresa la existencia de una cierta secularización
de la lectura en la sociedad novohispana.
A pesar de que la ideología de la Ilustración puede ser
considerada revolucionaria, pues en teoría pugnaba hacer libres a todos los
seres humanos, en la práctica muchos ilustrados fueron moderados políticamente
al defender las monarquías absolutas que, a excepción de Inglaterra, dominaban
en el mundo. De este pensamiento e ideología se originó una filosofía política
radical cuyo representante más relevante fue Juan Jacobo Rousseau y en especial
su libro El contrato social. Su crítica a la desigualdad social y su exaltación
de la voluntad general, contra la cual no hay derecho particular, así como su
tesis de la soberanía popular única e inajenable habrían de influir
profundamente en el curso de la revolución francesa. Así, la política y la
ideología liberal se formaron principalmente bajo la influencia de esa
revolución y se propagaron por la francmasonería y otras asociaciones. De esta
manera podemos afirmar que en la época el liberal era un creyente en el
constitucionalismo, en un Estado secular con libertades civiles y garantías
para la iniciativa privada, gobernado por contribuyentes y propietarios.
Tanto los impresos propagandísticos generados por la
revolución francesa, los tratados filosóficos y otros textos que divulgaban ese
pensamiento atravesaron las fronteras de España para circular en Nueva España.
Al respecto, basta con citar un caso, El contrato social ó Principios del
derecho político, de Rousseau (Londres, 1799) Su difusión por el territorio
novohispano se constata debido a que llegó a las manos del tribunal de la Inquisición
de México quien, después de someterla a examen y calificación, la prohibió en
un edicto publicado el 17 de diciembre de 1803. Resulta interesante señalar que
para los censores mexicanos lo más peligroso de esta obra era el trabajo del
traductor pues, "anima a los fieles vasallos de su majestad a sublevarse y
sacudir la suave dominación de nuestros reyes imputándole el odioso nombre de
despotismo". Señalan también que el texto tenía expresiones impías, pues
se llama a los fieles a romper las trabas y grillos del sacerdocio y de la
Inquisición.
https://www.lifeder.com/economia-novohispana/
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-03482014000200001
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-03482014000200001
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